Hoy en la sala de 5 nos animamos a sentir con todo el cuerpo. Nos descalzamos para recorrer diferentes superficies: suaves, rugosas, frías, tibias… Cada paso fue una palabra, cada sensación una emoción. Mientras caminábamos, una voz nos iba invitando a descubrir que la poesía también se puede escuchar, tocar y vivir.
Entre risas, silencios y asombros, los niños y niñas descubrieron que las palabras nacen del sentir, y que poetizar es ponerle nombre a lo que nos toca el corazón.











